jueves, 12 de diciembre de 2013

Vejez, lujuria, dolor y amor en boca de García Márquez


El libro "Memoria de mis putas tristes" ha sido un libro muy relevante por el reflejo de los sentimientos y de la vida latinoamericana que García Márquez nos muestra. Además que lo llevó a ganar un premio Nobel. El autor desarrolla múltiples conceptos en el libro. Los más notorios son la vejez, el dolor, el amor y finalmente la lujuria. Mi objetivo es conocer más a García Márquez y entender cómo aborda estos sentimientos tan comunes y humanos en esta trágica novela.

El libro es sobre un periodista que al cumplir noventa años, se da cuenta que siempre ha pagado por sexo y nunca ha sentido amor. Nuestro protagonista, al que se refieren como “sabio triste”, decide regalarse una aventura con una virgen para celebrar su cumpleaños número noventa. Pero sucede lo inesperado, se enamora de la virgen y no logra, o decide no acostarse con ella. A partir de este momento, empieza a visitar y a amar a esta prostituta. Esto causa líos y un desarrollo sentimental palpable.


De los varios conceptos, la vejez la desarrolla el narrador-protagonista desde el inicio hasta el fin de la novela. Al inicio cuenta sus primeros síntomas y que los sintió a los cuarenta años: En la quinta década había empezado a imaginarme lo que era la vejez cuando hallé los primeros huecos en la memoria.” Después del paréntesis va punto y seguido. (PP. 14). Continua con una conversación con su doctor. Los guiones van dentro de las comillas “Es un dolor natural me dijo. –En ese caso- le dije yo- lo que no es natural es mi edad.” (PP. 23). Con estas citas nos damos cuenta que el sabio triste no está feliz con su vejez natural. Ama y extraña su juventud y se quiere aferrar a ella. Más adelante nos da a entender que no vuelve a confrontar la vejez hasta los noventa años. En la escena de la oficina cuando le festejan su cumpleaños dice.-“Las secretarias llevaron al salón un pudin con noventa velas encendidas que me enfrentaron por primera vez al número de mis años.” (PP. 44). Esto demuestra que él nunca se fijó en su número de años vividos. Por eso mismo el sabio se siente tan bien a su edad. Aunque, sin duda es duro darse cuenta que tiene noventa años. Ya al final retoma esto cuando sabiamente dice: “No hay un anciano que olvide donde escondió su tesoro.” (PP. 75). Refiriéndose a que la vejez es algo que si uno tiene algo más importante en mente, la ignora.



Al desarrollar el concepto de la lujuria, García Márquez es explicito, la desarrolla como un concepto instintivo, no necesariamente malo ni bueno pero eso sí, muy apasionado. Demuestra el deseo sexual desde la primera página cuando dice: “El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen.” (PP. 9) Lo demuestra como algo instintivo, sin importar su edad. El sabio no ha cambiado, sigue siendo un ser lujurioso. Continua algunas páginas después con algo más intenso, cuando describe: “Presa de una fiebre irresistible se la levanté por detrás, le bajé las mutandas hasta las rodillas y la embestí en reversa…” (PP. 17) Con esto enseña que es algo de su instinto y que no lo puede evitar. La lujuria está en él, sin amor, completamente sexual y para el sabio es un acto cotidiano de toda su vida y juventud. Para el es completamente insaciable.-“Dormía  en el Barrio Chino dos o tres veces por semana y con tan variadas compañías…” (PP. 29). Esto enseña su necesidad y sencillez. Para el era algo igual que comer o dormir el recurrir a la prostitución con exigencias. Constantemente se menciona, incluso con la virgen, cuando explícitamente le pide a la madrota: “Quiero que la niña me espere como Dios la trajo al mundo y sin barnices en la cara.” (PP. 55). Al pagar el sabe que su derecho es tener a la virgen como la desea, con esa lujuria constante y apasionada que en las ultimas paginas aparece de nuevo diciendo: “…la besé por todo el cuerpo hasta quedarme sin aliento: la espina dorsal, vértebra por vértebra, hasta las nalgas lánguidas…” (PP. 83). Su pasión por la niña le genera aún más lujuria y es muy explícito.
En contraparte está el concepto del dolor por la soledad y la falta de amor del sabio triste, así como las dificultades físicas que nos describe al principio.-“Los síntomas del amanecer habían sido perfectos para no ser feliz: me dolían los huesos desde la madrugada, me ardía el culo…” (PP.12). Estos dolores por la edad demuestran frustración y enojo. A la mitad del libro demuestra su dolor en tristeza y nostalgia profesional al entregar su última nota periodística: “Me senté a continuar la nota que había dejado a medias… tuve que torcerle el cuello al cisne para sacármela de las tripas sin que se me notara el llanto.” (PP. 43). Sabe que algo se acaba, que cierra un ciclo y esto le causa tristeza. Finalmente en las últimas páginas hay un dolor palpable por creer que había perdido a la virgen. Es el dolor de un corazón roto.-“…sin bañarme, sin afeitarme, sin cepillarme los dientes, porque el amor me enseño que uno se arregla por alguien...” (PP. 81). El sabio demuestra que su primer amor fue este. Que el dolor que le causa la perdida es lo peor que ha sentido. En noventa años es la primera vez que no se arregla para salir.
El amor es el concepto que desarrolla de manera más interesante ya que el sabio lo va conociendo durante el libro. Al inicio para el sabio el amor es solo sexo como en esta cita: “…siempre había escogido al azar las novias de una noche, más por el precio que por los encantos y hacíamos amores sin amor.” (PP. 32). Aunque es sobre todo lujurioso, habla de cómo en su juventud no conoce el amor. Esto se sigue demostrando más adelante.-“Sabía que nunca llegaría a ser amor, pero la atracción satánica que ejercía sobre mí era tan ardorosa…” (PP. 38). Demuestra el deseo sexual tan fuerte del sabio. Esta pasión por el sexo se va transformando en pasión amorosa cuando conoce a la virgen. “Fuera cual fuera el asunto las escribía para ella, las narraba para ella y en cada palabra se me iba la vida.” (PP. 67) Es una pasión intensa, un amor loco. Esto hace que el sabio entienda que el amor vale más que el sexo como lo demuestra con esta cita: “El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor.” (PP. 70). El sabio por fin entiende que es el amor y es tan apasionado que finalmente deja el sexo a un lado y vive el amor por primera y única vez en noventa años.
El autor da a entender que estos son conceptos muy primitivos, ya que García Márquez en algún momento los aborda desde lo más instintivo. Da a entender que la vejez es algo natural pero que nadie la quiere enfrentar. Por otro lado que la lujuria es algo que está dentro del ser humano y puede ser un refugio para llenar el vacío al no tener amor. Cuando habla del dolor nos da a entender que el dolor emocional es el más fuerte porque escribe sobre vario tipos de dolor, pero el que aborda con más pasión es claramente éste. Finalmente el amor es el que para mí desarrolla de manera más interesante porque en un inicio el sabio no sabe lo que es. Después nos damos cuenta que le tiene miedo al amor y lo evita. Más tarde cuando conoce a la virgen  siente un amor apasionado, loco y único. Pero al final siente la tristeza de perder el amor y te das cuenta, que el amor, ya sea la falta del mismo, la pasión o la perdida de este, le dan forma a la vida no solo del sabio, sino de cualquier ser humano. Por la manera de desarrollar los sentimientos este libro es un clásico de la literatura latinoamericana, porque aborda los conceptos de  manera que cualquier persona se puede identificar en alguna parte del libro, y causa una sensación de empatía y hasta lastima por el narrador.
García Márquez Gabriel. Memoria de mis putas tristes. Mondadori. Colombia. 2004. PP. 109

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